¡Tu sonrisa «glow up» es una realidad! Después de invertir en un blanqueamiento dental, la clave está en el mantenimiento. No se trata de un tratamiento permanente, pero con los cuidados adecuados, podés extender significativamente la duración de tus resultados. Aquí te damos los mejores consejos para mantener esa blancura impecable por más tiempo.
Uso de pastas dentales blanqueadoras (con precaución)
Las pastas dentales blanqueadoras pueden ser una herramienta útil para el mantenimiento, pero es crucial usarlas con inteligencia.
¿Cómo funcionan? Estas pastas suelen contener agentes abrasivos suaves que pulen la superficie del esmalte para eliminar manchas superficiales, o químicos que ayudan a disolverlas. No blanquean el diente desde adentro como lo hacen los peróxidos, sino que mantienen la superficie más limpia y libre de nuevas tinciones.
Precaución: Es importante elegir pastas dentales blanqueadoras que sean poco abrasivas para evitar el desgaste excesivo del esmalte a largo plazo. Una abrasión excesiva puede, paradójicamente, dejar tus dientes más susceptibles a las manchas y la sensibilidad.
Nuestra recomendación: Consultá con tu dentista cuál es la pasta dental blanqueadora más adecuada para vos. Él o ella podrá recomendarte una opción segura y efectiva que no comprometa la salud de tu esmalte. No las uses de forma exclusiva, sino alternándolas con tu pasta dental habitual con flúor.
Enjuagues bucales específicos: Un aliado para el brillo
Además del cepillado, algunos enjuagues bucales pueden ser grandes aliados en el mantenimiento del blanqueamiento.
Enjuagues antimanchas: Existen enjuagues formulados con ingredientes que ayudan a prevenir la adhesión de nuevos pigmentos o a disolver suavemente las manchas superficiales antes de que se fijen. Suelen contener agentes como el hexametafosfato de sodio o el pirofosfato.
Enjuagues con flúor: Si bien no blanquean, los enjuagues con flúor son esenciales para fortalecer el esmalte, lo que indirectamente lo hace menos propenso a la erosión y, por ende, a la absorción de manchas.
Consideraciones: Utilizá estos enjuagues como un complemento a tu rutina de cepillado y uso de hilo dental, no como un sustituto. Evitá los enjuagues con alcohol, ya que pueden resecar la boca. Pedí siempre la recomendación de tu dentista para elegir el enjuague que mejor se adapte a tus necesidades.
Conclusión:
Mantener una sonrisa blanca y radiante después de un blanqueamiento dental requiere un compromiso continuo. Con el uso adecuado de pastas y enjuagues específicos, sumado a la insustituible ayuda de tu dentista a través de limpiezas y revisiones regulares, podrás disfrutar de tu blanqueamiento por mucho más tiempo.
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