Es una de las preguntas más frecuentes y una de las mayores preocupaciones de quienes consideran un blanqueamiento dental: ¿Dañará mis encías o mi esmalte? Es un miedo comprensible, pero estamos aquí para desmentir este mito y reafirmar que, cuando se realiza correctamente y bajo supervisión profesional, el blanqueamiento dental es un procedimiento seguro y efectivo que no compromete la salud de tus dientes ni tus encías.
El esmalte dental: Resistente y seguro
El esmalte dental es la capa más externa y dura de tus dientes, diseñada para protegerlos. Existe la idea errónea de que el blanqueamiento lo «desgasta» o lo «corroe». Sin embargo, esto no es así.
¿Cómo actúan los agentes blanqueadores? Los productos profesionales de blanqueamiento dental utilizan principalmente peróxido de hidrógeno o peróxido de carbamida. Estas sustancias actúan liberando moléculas de oxígeno que penetran en el esmalte y la dentina (la capa debajo del esmalte). Una vez dentro, estas moléculas rompen las cadenas de pigmentos que causan las manchas, haciéndolas incoloras.
No hay daño estructural: Este proceso es una reacción química a nivel molecular, no una acción abrasiva o corrosiva. Los agentes blanqueadores no eliminan, disuelven ni debilitan la estructura del esmalte. La integridad del diente se mantiene intacta.
Deshidratación temporal: Es cierto que, inmediatamente después del tratamiento, los dientes pueden experimentar una ligera deshidratación temporal. Esto puede hacer que se vean un poco más opacos o incluso «más blancos» de lo que realmente quedarán una vez rehidratados. Esta deshidratación es reversible y el diente recupera su nivel normal de hidratación en pocas horas o días sin sufrir daño permanente.
Las encías: Protegidas y cuidadas
La preocupación sobre el daño a las encías también es común, especialmente si has visto o escuchado sobre irritación. Sin embargo, en un entorno profesional, las encías están cuidadosamente protegidas.
Protección profesional: En un blanqueamiento dental realizado en clínica, tu dentista o higienista dental aplicará una barrera protectora (generalmente una resina o gel) sobre tus encías y los tejidos blandos circundantes antes de aplicar el agente blanqueador. Esta barrera aísla las encías, impidiendo que el producto entre en contacto directo con ellas.
Irritación superficial (si ocurre): Si, por alguna razón, una mínima cantidad de gel blanqueador entra en contacto con las encías, puede causar una irritación leve y temporal, que se manifiesta como una zona blanquecina o enrojecida. Esta irritación desaparece rápidamente, generalmente en pocas horas, sin dejar secuelas ni daño a largo plazo en el tejido gingival.
Concentraciones seguras: Los productos utilizados por profesionales están formulados para ser efectivos y seguros. Las concentraciones son cuidadosamente manejadas para maximizar los resultados minimizando cualquier riesgo.
Conclusión:
En conclusión, el blanqueamiento dental, cuando es realizado por profesionales, es un procedimiento muy seguro que no daña el esmalte ni las encías. La clave está en la supervisión experta, que asegura la protección de tus tejidos y el uso de productos adecuados. Así, podés lograr esa sonrisa brillante que deseás con total tranquilidad.
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